Cuando la noche me entristece,
y la distancia entre tierra y cielo se acorta,
y la incertidumbre se entrona mordaz,
-como ya alguna vez lo hizo antes-
Ando yo con tres heridas,
sin armadura, sin montantes.
Y siento que el tiempo me engaña,
que las palabras me mienten,
que la vida es un corto espacio
entre ahora y después,
entre nunca y siempre.
Y nada tiene sentido
y todo lo tiene a la vez,
cuando algo va mal,
cuando nada va bien.
Y aunque vivir me cuesta el aliento,
y morir no está en el listado.
Queda la única certeza que frecuento:
amar viviendo, vivir amando.
M.M.D Marzo'10
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