I
Leo. Me levanto inquieta
en busca de un no me acuerdo.
Tecleo los primeros acordes
de “Claro de Luna”.
Siempre el mismo tropezar
de unos torpes dedos.
Vuelta a empezar.
Me levanto.
Café, café con hielo!
Fresco recuerdo en mi labio huérfano de ti.
II
Se trenzan nuestros pensares.
Se encuentran, se saludan,
se acarician y prosiguen.
Y me colma tu voz porque me piensas
y tu te colmas porque te imagino.
III
Hago míos la modorra,
el sopor, la pereza, el letargo.
Nada se compara con la luz
de ese zalamero astro.
Luce lindo como un ojo,
ciclópeo, bestial, asombroso;
bajo su mirada se rasgan
los vastos campos de oro,
donde arden los amantes
en las siestas de verano.
M.M.D Julio 10