PEQUEÑECES

La noche se desgaja
con el trino de los pájaros.
Miro el lento respirar
de tu pecho sin mis labios.

Comparo con las tuyas
la pequeñez de mis manos,
y me muero por tocarte
-de nuevo-
de los pies a los costados;
y encender y desbordar
ese volcán germinado.

Miro el lento respirar
de tu pecho sin mis labios.
Me pregunto que sería
lo que hacia mi te atrajo,
fue la luz de mi mirada,
el sonreír de mis labios,
el perlear de mis dientes,
fue mi cuerpo inexplorado.

El día se despereza,
trinan alegres los pájaros.
Un coche calle arriba se aleja.
Tu pecho sin mis labios.

M.M.D Octubre 09

VERSOS A UNA LUNA DE OCTUBRE

A las seis, de madrugada,

celebran los mirlos con su trino,

una noche más, entreverada

de pétalos de amor y dulce vino.

Miles de besos caen, estremecidos,

en tierras de Luna enamorada.

A las seis. De madrugada,

se prometen nuevamente los amantes,

otra noche más, desmesurada,

de apasionados besos delirantes,

y en sus labios de piel enardecida,

romperán olas de pasión enarbolada.

A las seis. De madrugada.

La Luna calla. Renace el alba.

Otra día más. Dulce esperanza.

En una noche, de amor preñada,

más territorios de piel acariciada,

reclama mi cuerpo y anhela el alma...

C. Santaignorancia - Octubre 2009

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